Al elegir un tipo de suelo para nuestra casa, nos enfrentamos a una de las decisiones más complicadas, esencialmente ante la gran variedad de materiales que encontramos en el mercado. Además de ser una decisión muy importante, el suelo es uno de los elementos que más uso tiene en nuestras viviendas. Entre las opciones más populares encontramos el suelo porcelánico, vinílico, laminado y madera, cada uno con sus características que se adaptarán en función de las necesidades y el estilo de vida que tengamos.
Pero el material no es el único factor importante, ya que hay otros aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de tomar una decisión definitiva. El precio influye en el presupuesto y la rentabilidad del proyecto, mientras que la resistencia garantiza durabilidad y seguridad. La continuidad asegura una sensación de amplitud en tu hogar, y finalmente, el tamaño de las piezas determina la eficiencia en la instalación y, sobre todo, la cantidad de juntas que posee.
Por lo tanto, a la hora de hacer una elección adecuada del material, se deben tener en cuenta todos estos factores. Por esta razón, en este artículo analizaremos las ventajas que ofrece cada material en términos de precio, resistencia, continuidad y tamaño de las piezas.
Precio: ¿Qué tipo de suelo se ajusta mejor a tu bolsillo?
El suelo porcelánico es conocido por ser una opción muy elegida y en comparación con otros materiales, como por ejemplo el suelo de madera natural. Generalmente, los precios varían dependiendo de la calidad y el diseño, pero sigue siendo una elección bastante competitiva. Su coste puede ser mayor que el de los suelos vinílicos o laminados, sobre todo teniendo en cuenta su coste de colocación.
El suelo laminado es una opción intermedia. Generalmente, los suelos laminados suelen tener un coste más bajo que los porcelánicos y que la madera natural. Los laminados se consideran una alternativa interesante, ya que tiene el objetivo de simular la apariencia de la madera sin llegar a tener un coste tan elevado, todo dependerá de la calidad y la textura que desees.
Los suelos vinílicos comienzan a ganar terrero en los proyectos de reforma y actualmente es una opción muy popular. Te permite cubrir grandes áreas y su instalación, al ser sencilla, también reduce los costes adicionales.
La madera natural es, en general, la opción más cara en términos de precio. Sin embargo, su longevidad, estética atemporal y capacidad para aumentar el valor de una propiedad, hace que los propietarios se decanten por esta opción. En este caso, los precios pueden variar dependiendo del tipo de madera que se elija (roble, nogal, etc.) y su acabado.
Agua, golpes, arañazos… ¿Quién gana en resistencia?
Los suelos porcelánicos destacan por su alta resistencia a los impactos, a la abrasión, a la humedad y al fuego. Es un material ideal para zonas concurridas, como pasillos o entradas, ya que no se desgastan tan fácilmente. Además, es fácil de limpiar y resistente a las manchas.
El suelo vinílico destaca por ser resistente al agua y a la humedad, lo que lo convierte en una grandísima opción para baños y cocinas. Además, cuenta con la ventaja de ser más flexible que el porcelánico. A pesar de su resistencia, es un material susceptible a arañazos y además, puede deformarse si se expone a altas temperaturas o se utiliza de manera inadecuada.
Los suelos laminados son bastante resistentes tanto al desgaste como a los arañazos, gracias a su capa de melamina y capa protectora final (overlay) que los recubre. Hay que tener en cuenta que los suelos laminados han aumentado considerablemente su calidad en los últimos años y muchos de ellos ya son hidrófugos, con resistencia a la humedad, para poder instalarlo en todas las estancias del hogar. Consiguiendo así una gran continuidad. Por ello, es fundamental invertir en un buen suelo laminado.
Y por último, la madera es un material extremadamente duradero y resistente, pero necesita un cuidado mayor en comparación a las anteriores opciones, especialmente en zonas concurridas y con humedad. La madera puede desgastarse con el tiempo, pero puede ser restaurada, lo que extiende significativamente su vida útil. La resistencia de la madera dependerá del tipo de madera que se utilice, siendo las más duras, como la del roble, más resistentes que otras maderas blandas, como el pino.
Menos juntas, más estilo: la importancia del tamaño de las placas
Los suelos porcelánicos están disponibles en una amplia variedad tamaños, cada vez con mayores formatos y grandes piezas, lo que facilita la creación de un diseño más limpio. Este tipo de suelo es perfecto para crear espacios amplios y modernos, ya que las grandes losas requieren menos juntas, y esto genera una sensación de continuidad visual en el espacio. Además, este material ofrece una variedad de acabados y efectos visuales, de imitación de madera, mármol o cemento.
El suelo vinílico también está disponible en formatos grandes y en lamas que permiten, sobre todo, una colocación rápida y eficiente. Aunque tradicionalmente no tiene el mismo impacto visual que un suelo porcelánico. Además, muchos suelos vinílicos logran imitar bien a la madera, lo que permite obtener una apariencia similar a un menor coste.
Los suelos laminados han mejorado en los últimos años y, al igual que los vinílicos, están disponibles también en lamas grandes. Esto permite crear un espacio visualmente más amplio y moderno.
Los suelos de madera natural pueden ser instalados en tablas grandes, pero la madera, debido a su naturaleza, requiere más juntas para permitir que estas tablas se expandan y contraigan antes los cambios de temperatura y humedad. No obstante, en la actualidad existen opciones modernas de madera de gran formato, que pueden conseguir una apariencia similar a la de los suelos porcelánicos y vinílicos, con la ventaja de la calidez que solo un material como este puede aportar.
La magia de los suelos: continuidad y amplitud
En este caso, tanto los suelos porcelánicos, suelos laminados y vinílicos son perfectos para crear un flujo continuo en espacios amplios, ya que los formatos grandes reducen la cantidad de juntas, lo que da lugar a un efecto de mayor amplitud. Además, este tipo de suelos son perfecto para dar tus espacios un toque moderno.
A pesar de que, tal y como hemos dicho anteriormente, los suelos de madera pueden tener más juntas debido al tamaño de las tablas, las opciones de tablas grandes y anchas han mejorado esta característica, acercándose notablemente a la sensación de continuidad de los anteriores. Sin embargo, el aspecto por el que destaca por encima del resto es la calidez de la madera, ya que agrega una sensación acogedora que otros materiales no pueden replicar.
Un suelo para cada hogar, un estilo para cada persona
Cada uno de estos materiales ofrece sus propias ventajas en términos de precio, resistencia, tamaño de las placas y continuidad visual. Sin embargo, la elección final dependerá de tus necesidades específicas, el presupuesto disponible y el estilo que busques para tu hogar.
El porcelánico, vinílico, laminado y madera tienen su lugar en diferentes contextos, y todos pueden aportar algo diferente. Lo importante es decantarte por el material que mejor se adapte a tus preferencias y requerimientos para disfrutar así de un espacio que sea funcional y estéticamente atractivo.